Desde aquel momento, el boom de esta competición nacional
anual de Red Bull se extendió por los barrios españoles, así como en sus
homónimos latinoamericanos. No había ganancia de dinero o profesionalismo
alguno, simplemente ganas de juntarse con los amigos o con algún que otro
desconocido para demostrar que encima de una base uno podía destrozar
anímicamente al otro a puro verso. Es un arte en el que se permite todo, ya que
se enmarca dentro de la esfera del hip hop en el que el pilar fundamental es el
respeto. A pesar de que se haya rimado contra uno un insulto hiriente o una
faltada personal, es algo que queda contextualizado dentro de la batalla y una
vez terminada esta solo queda el abrazo y el esperar a la siguiente ocasión
para ridiculizar al adversario.
En 2007, el Nuevo Circo – una antigua plaza de toros de
Caracas, Venezuela – albergó con 1000 personas la final que Link One,
puertorriqueño, se ganó a pulso. Un año después, en el patio del Museo
Anahuacalli de Ciudad de México el local Hadrián se imponía a los 15 gallos
restantes. En 2009, Red Bull organizó ‘La Batalla Final’ que juntó a previos
campeones internacionales y a españoles, así como alguna joven promesa como
Arkano que, con 15 años había conquistado ya el oro nacional. Noult fue el
campeón esa noche que unió a los mejores del primer periodo de actividad de
esta competición, que tuvo un parón hasta 2013. En esta última edición se
implementaron formatos nuevos ya que hasta entonces el esquema de la batalla
era un minuto por rapero y otro de respuesta. Se incluyó el 4x4, formato que
actualmente prácticamente supera al minuto clásico y que consiste en unos 20
segundos de intervención o cuatro versos.
A cada año que se sucedía, el nivel aumentaba
exponencialmente debido a que se sumaba gente joven que ya llevaba tiempo
escuchando y practicando batallas por lo que traían técnicas más depuradas
(skills) o frases destructivas más potentes (punchline). En estos años
pre-parón de Red Bull hubo míticos MCs de la escena española como Rayden,
Piezas o Chester que no siguieron tras el periodo de inactividad y se quedaron
como leyendas de esta primera fase. También durante esta época o en el parón
comenzaron otros tantos que siguen ahora en el circuito, infinitamente más
profesionalizado, como son Arkano, Chuty, Blon o Skone.
En la época que comprende el parón de la competencia de la
empresa Red Bull (2009 – 2013) proliferaron en España y Latinoamérica las
competiciones callejeras, ya que se había creado un gran núcleo de batalleros a
lo largo de los años que por no tener ese evento anual no querían parar su
producción de rimas y sus ansias de competir. En España iban a nacer torneos
como Hipnotik Festival, la Gold Battle o la FullRap que se daba en varias
ciudades a lo largo y ancho del país. Durante estos años los batalleros fueron
recabando cada vez más estilos, distintos flows y variaciones en las métricas,
a parte de un distintivo inequívoco de rapear en la calle, una picaresca
especial que se hace notar en los momentos más tensos de la batalla, a pesar de
que encima de un escenario supone un mundo completamente distinto a rapear en
un parque o plaza.

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